- ¿Qué es la sarna en la piel de mi gato?
- Tipos de sarna en gatos
- Síntomas de sarna en gatos
- Causas de la sarna
- ¿Cómo prevenir la sarna?
Tabla de contenidos
Si eres dueño de un gato, en algún momento te preguntaste ¿qué son esas faltas de pelo parecidas a costras en la piel de tu gato o en la piel de otro gato?
Pero si ves que tu amigo felino se rasca, muerde o lame un lugar concreto, y, al examinarlo más de cerca, encontraste llagas en la piel y ausencia de pelo, muy posiblemente sea un caso de sarna.
Bueno, que no cunda el pánico, no estás solo. Muchos dueños de mascotas atravesaron un ataque de sarna, que también les llevó a buscar respuestas para ayudar a sus amigos felinos.
En este artículo explicaremos qué es la sarna en la piel de tu gato, sus posibles causas en la aparición de tu gato y maneras de cómo combatir esta irrupción molesta para ambos.
¿Qué es la sarna en la piel de mi gato?
La sarna en los gatos o perros, es una enfermedad de la piel causada por ácaros parásitos que son pequeños arácnidos, por lo que están emparentados con las arañas y las garrapatas.
Estos arácnidos muy pequeños de ocho patas están unidos a un cuerpo redondo, parecidos a las garrapatas. Algunos tipos de ácaros de la sarna son demasiados pequeños para verse a simple vista, mientras que otros parecen diminutos puntos negros o blancos.
Aunque es más común en perros que en gatos, hay varios tipos de sarna que afectan a los felinos.
Algunos tipos de sarna felina, como la sarna sarcóptica, son contagiosas tanto para los humanos, como los perros y otros mamíferos. Esta desagradable afección provoca: picor, lesiones cutáneas y pérdida de pelo en las zonas afectadas.
Tanto los gatos de interior como de exterior de cualquier edad corren el riesgo de contraer estos parásitos externos, pero hay acciones que puedes tomar para minimizar las posibilidades de infección.
A continuación te explicamos cómo identificar los tipos de sarna en gatos y cómo tratarla y prevenirla para que tu minino no se sienta incómodo y acechado por este parásito.
Tipos de sarna en gatos
Hay varios tipos de ácaros que causan la sarna en los gatos. Los más comunes son la sarna sarcóptica, demodex, los ácaros del oído y la caspa andante. Con menor frecuencia la trombiculosis puede afectar a los gatos.
Sarna sarcóptica
Este tipo de sarna es causada principalmente por el ácaro Sarcoptes, pero también puede estar causada por el ácaro Nortoedres.
Esta sarna es muy contagiosa, no sólo para otros gatos, sino también para perros y humanos.
La hembra del ácaro de la sarna penetra en la piel del huésped y deposita los huevos justo debajo de la superficie, provocando una erupción cutánea con picor extremo.
Demodicosis
Se denomina demodicosis a una infestación de ácaros Demodex de la sarna, que puede infectar a perros y gatos.
Tanto el ácaro Demodex cati como el Demodex gato pueden causar demodicosis. Se cree que el D. cati es un huésped normal de la piel de un gato sano, pero puede causar demodicosis en un gato poco sano o con un sistema inmunitario débil.
El ácaro D. gato es un tipo de demodex muy contagioso y es más probable encontrarlo en gatos jóvenes.
La demodicosis provoca la caída del pelo y la aparición de costras y manchas inflamadas en la piel.
Ácaros del oído
Como su nombre lo indica, los ácaros del oído se encuentran en las orejas de los gatos, aunque también pueden infectar a los perros.
Los Otodectes cynotis se conocen como ácaros de la sarna otodéctica y son uno de los tipos de sarna más frecuentes en gatos.
En ocasiones, estos ácaros infectan la piel del cuerpo del gato, así como el interior de las orejas.
Los ácaros del oído se alimentan de las células muertas de la piel, la grasa y la cera del interior de la oreja del gato, en lugar de morder la piel, pero de todos modos causan una inflamación muy pruriginosa en la delicada piel del oído.
Caspa andante
Cheyletiella blakei son ácaros de la sarna que causa la caspa andante, también conocida como cheyletiellosis.
Esta enfermedad debe su nombre al aspecto de los ácaros que, a simple vista se asemejan ligeramente a trocitos de caspa moviéndose por el pelaje animal.
La caspa andante es muy contagiosa para perros, humanos, así como para gatos e incluso conejos.
Las picaduras de estos parásitos dejan en la piel una erupción que pica.
Trombiculosis
Los gatos contraen trombiculosis por los ácaros de la sarna de la familia Trombiculidae. En su fase larvaria, estos ácaros suelen conocerse popularmente como niguas.
Contrariamente a lo que muchos piensan, las niguas no excavan debajo la piel del animal, sino que lo pican e inyectan enzimas digestivas en la piel, lo que provoca protuberancias o ampollas enrojecidas e inflamadas.
Síntomas de sarna en gatos
El picor excesivo, la pérdida de pelo y el enrojecimiento de zonas de la piel son los síntomas más comunes de la sarna en un gato.
En algunos gatos con sarna también puede observarse costras cutáneas y pequeñas protuberancias en la piel.
Si la sarna se localiza en los oídos de un gato, el gato también tendrá un exceso de residuos en los oídos que son secos y oscuros en comparación con la cera normal de oído.
Cuando la sarna es grave, las zonas infectadas también pueden desprender un olor desagradable.
Picor
Todos los tipos de sarna provocan un intenso picor. Tu gato se rascará con frecuencia e intensidad en las zonas afectadas, y a menudo también las morderá y lamerá en un intento de aliviarse.
Este rascado puede provocar una mayor inflamación e irritación de la piel, así como infecciones bacterianas secundarias.
Pérdida de pelo
La mayoría de los tipos de sarna causan inflamación en la piel y los folículos pilosos, lo que provoca calvas parciales en las zonas infectadas, ya que el pelo se cae de los folículos dañados.
El intenso rascado provocado por la sarna también daña y desprende el pelo, lo que favorece su caída. Afortunadamente el pelo suele volver a crecer una vez tratada la sarna.
Protuberancias cutáneas
En general, todos los tipos de sarna provocan una erupción en la piel del huésped, normalmente en forma de pequeñas protuberancias enrojecidas o ampollas.
Rascarse la erupción que pica puede dañar más aún más la piel y provocar una infección bacteriana secundaria.
Costras cutáneas
Las costras blanquecinas, amarillentas o grisáceas sobre las zonas inflamadas son muy frecuentes en la sarna.
Al principio pueden parecer piel seca, pero pueden empeorar. Si no se tratan las costras pueden engrosarse, dando a la piel afectada un aspecto arrugado y corroído.
Piel enrojecida
La piel inflamada por la sarna suele volverse rosada o roja, sobre todo en las zonas donde tu gato se rasca más.
Restos en el oído
Si tu gato tiene ácaros en los oídos, normalmente verás restos negros o amarillos en los canales auditivos, a menudo en grupos pegados a la piel o al pelo.
Tu gato sacudirá la cabeza, se rascará las orejas o se dará zarpazos en las orejas en un intento de aliviar la situación.
Causas de la sarna
La mayoría de los ácaros de la sarna son contagiosos, por lo que se propagan fácilmente si tu gato interactúa estrechamente con un gato infectado, o incluso con ropa de cama que haya estado en contacto con un gato infectado.
Otros ácaros como el Demodex, están presentes de forma natural en tu gato y solo causan problemas si el sistema inmunitario de tu gato es débil o está comprometido.
En líneas generales, la sarna es mucho más común en gatos que están al aire libre y un poco menos común en gatos que solo están en interiores.
Aún así, cualquier gato tiene el riesgo de contraer está enfermedad cutánea que provoca picores. La sarna es más común en gatos callejeros que se reúnen en grupos.
¿Cómo prevenir la sarna?
La mejor forma de prevenir la sarna es con una dieta sana que ayude a mantener fuerte el sistema inmunitario de tu mascota.
La limpieza de tu gato también es otro factor importante y tratar de que no esté expuesto a gatos vagabundos que puedan ser portadores de ácaros.
Pero si a tu gato le gusta salir y quieres estar tranquilo, o simplemente quieres asegurarte que esté libre de sarna, puedes probar algunos tratamientos tópicos, como los siguientes:
Estos mismos medicamentos también pueden ayudar a tu gato a protegerse contra pulgas, garrapatas, parásitos intestinales y gusanos del corazón entre otros parásitos. También se recomiendan a gatos de interiores, por precaución.