Los gatos tienen cosquillas?

Si alguna vez te preguntaste si los gatos sienten cosquillas, en este artículo te preguntamos si es efectivamente así o no.

    Tabla de contenidos

  1. Hablemos de las cosquillas
  2. Entonces, ¿los gatos tienen cosquillas?
  3. ¿Dónde tienen cosquillas los gatos?
  4. ¿Mi gato está disfrutando de las cosquillas?
  5. ¿Debería hacerle cosquillas a mi gato?
  6. ¿Cómo puedo hacerle cosquillas correctamente a mi gato?
  7. Cómo comprobar dos veces que su gato está de acuerdo
  8. ¿Se ríen los gatos cuando les haces cosquillas?
  9. Otras formas de estimulación que pueden gustarle a un gato con cosquillas
  10. ¿Cuándo es la reacción al tacto de su gato un problema de salud?
  11. Conclusiones

¿Alguna vez te preguntaste si los gatos tienen cosquillas? Como los humanos, los gatos tienen lugares sensibles que pueden reaccionar al tacto, pero si les gustan que les hagan cosquillas es otra historia.

Los gatos, como animales de compañía, suelen ser imprevisibles. Se mueven por la casa a su antojo, encuentran formas de llegar a lugares de difícil acceso y siempre parecen caer de pie.

Puede que te encanten las cosquillas o que las odies, pero probablemente tengas al menos un poco de cosquillas. La mayoría de la gente las tiene. Los gatos también tienen cosquillas, sobre todo en las patas y el estómago.

Te dejarán tocar ciertas zonas mientras que nunca te dejarán ni siquiera intentar tocar otras. Pero, ¿se debe este comportamiento a que no disfrutan de la interacción física, o simplemente tienen cosquillas? 

En este artículo te contaremos todos los detalles de las cosquillas de los gatos y lo más importante, cómo las experimentan.

Como respuesta corta, los gatos pueden tener cosquillas y experimentarlas. Averigüemos los detalles.

Hablemos de las cosquillas

Las cosquillas no se han estudiado a fondo en muchos animales. Sin embargo, dado que los mecanismos de la sensación de cosquillas implican un marco neurológico que poseen muchas especies, tiene sentido fijarse en la investigación sobre otras especies.

Los estudios sobre ratas han demostrado que, efectivamente, sienten cosquillas y que se les puede hacer cosquillas e incluso entrenarlas para que asocien las cosquillas como un estímulo positivo. 

Por lo tanto, si cree que su gato tiene cosquillas, puede que no se lo esté imaginando del todo.

Como la mayoría de los mamíferos, los gatos reaccionan a dos tipos de cosquillas. Una es la knismesis, o “picor en movimiento”, un leve roce que nos pone la piel de gallina o nos provoca espasmos cutáneos.

Esta respuesta natural también nos avisa de que tenemos algo en la piel que hay que quitar. La otra es la gargalesis, que es nuestra reacción involuntaria a los pinchazos de otra persona. En realidad, las cosquillas estimulan tanto los receptores nerviosos del dolor como los del placer, por eso a algunas personas -y a los gatos- no siempre les gustan.

Los gatos son extremadamente sensibles al tacto, pero unas cosquillitas en la cabeza o la cara pueden ser bien recibidas por algunos. Creo que a lo que responden los gatos es a un masaje en las mejillas, la cabeza o la espalda.

El frotamiento de mejillas y cabeza imita el comportamiento de vinculación que tienen los gatos entre sí, y a menudo es la razón por la que los gatos dan cabezazos a sus humanos para “marcarlos” como uno de los suyos.

Entonces, ¿los gatos tienen cosquillas?

Sí, los gatos pueden tener cosquillas, pero de una forma distinta a la nuestra, ya que su sensibilidad al tacto difiere de la de los humanos. 

Si quieres saber si los perros tienen cosquillas y cómo las experimentan, puedes consultar y aprender todo sobre el tema en este artículo, para saber en qué se diferencia de las de los gatos.

Cuando pensamos en las cosquillas, solemos asociarlas con la risa o la alegría. En el caso de los gatos, un ligero roce en determinadas zonas puede provocar que se retuerzan o se aparten, pero no significa necesariamente que se estén divirtiendo. 

Como les sucede a algunas personas, que no pueden soportar un ataque de cosquillas y pueden, sin querer, volverse agresivos, es normal, también en los gatos. 

Los gatos no pueden experimentar la “gargalesis” -la clásica respuesta de los humanos a las cosquillas que produce risa involuntaria-, pero pueden disfrutar de un afecto físico similar mediante ligeras caricias y caricias. Muchos gatos disfrutan con un suave cosquilleo o rascado a lo largo de las mejillas y bajo la barbilla.

¿Dónde tienen cosquillas los gatos?

Si alguna vez te has preguntado dónde tienen cosquillas los gatos, ¡no eres el único! Los gatos tienen ciertos puntos que son más sensibles al tacto que otros, y estas zonas pueden variar de un gato a otro.

Si tu gato ronronea, le da un codazo y no se aparta de vos, ¡entonces es posible que haya encontrado un punto de cosquillas que le guste!

Y no es un mapa para que empieces a matar a cosquillas a tu gato, sino uno, que quizás sea mejor para evitar esas zonas y poco a poco probar las positivas. Éstos son algunos de los lugares más comunes:

Las patas delanteras: Las patas de un gato son muy sensibles, y muchos gatos las apartan cuando se les toca. Las almohadillas de las patas se encuentran entre los puntos que más cosquillas producen a la mayoría de los felinos. Para saber más sobre la interesante función de las almohadillas de los gatos, puedes leer este artículo

Barbilla y bigotes: La cabeza de un gato es un lugar habitual para las caricias. Si ves que a tu gato le gusta, prueba a pasar a la barbilla, el cuello o tal vez detrás de las orejas.Cepillar suavemente la barbilla o la zona de los bigotes de un gato puede provocar una reacción. Algunos gatos se inclinan ante el roce, mientras que otros se estremecen en respuesta. Acaricia ligeramente estas zonas y comprueba si tu gato mueve la cabeza hacia ti pidiendo más.

Vientre: Aunque parece que algunos gatos invitan a que se les acaricie el vientre, éste es un lugar vulnerable y que produce cosquillas a muchos gatos.  La parte inferior de un gato puede ser complicada, ya que consiste en el pecho y el vientre. Su gato puede acercarse a usted con la cabeza levantada y el cuello extendido, dándole la oportunidad de acariciar su pecho. El vientre, sin embargo, es una parte algo sensible para la mayoría de los gatos. Cuando un gato se da la vuelta y se tumba boca arriba, no significa necesariamente que quiera que le acaricie la barriga. A algunos gatos les gusta que les acaricien la barriga, pero si un gato no permite que le toquen la barriga, quizá sea mejor no intentarlo.

Espalda y base de la cola: Acariciar ligeramente a un gato a lo largo de la espalda o cerca de la base de la cola puede hacer que se estremezca. Estas zonas son especialmente sensibles para algunos gatos. Para esta zona, es importante conocer la reacción de tu michi cuando intentes cepillarle suavemente.

Si tienes curiosidad por saber dónde tienen más cosquillas los gatos, es importante que observes su comportamiento, ya que cada gato tiene preferencias únicas y quieres mantener ese vínculo de confianza. 

¿Mi gato está disfrutando de las cosquillas?

Los gatos tienen su propia personalidad y pueden expresar su disfrute y placer de las cosquillas de diferentes maneras. Que su gato permanezca relajado con la cola moviéndose suavemente de un lado a otro suele ser una buena señal de que disfruta de la interacción física.

A algunos gatos les gustan las caricias suaves, pero no a todos les gustan las cosquillas. Reconocer las señales de que su gato puede no disfrutar con este tipo de atención es clave. Los gatos son criaturas independientes, y no todos los felinos reaccionarán positivamente a ello, así que intenta averiguar si está bien hacerle cosquillas a tu gato.

La mayoría de los gatos también ronronearán y le darán un codazo para que continúe. También pueden frotarse contra usted y acercarse a usted con sus patas cuando deje de hacerlo.

Además de buscar señales de que a su gato le gustan las cosquillas, también es importante encontrar señales de que no le gustan. Movimientos sutiles en el lenguaje corporal del gato pueden indicar que no le gustan, como cambios continuos de posición o intentos de escapar.

Otras señales no son tan sutiles, como el golpeteo explícito con las patas o el agachar las orejas y silbar.

Señales de que tu gato puede estar disfrutando las cosquillas

  • Ronronea o se frotan contra vos o ambas
  • Postura relajada con parpadeo lento (si, parece una majestad)
  • Empuja su cuerpo contra tu mano
  • Contacto visual suave
  • Orejas levantadas y dirigidas hacia delante
  • Cola inquieta o en ligero movimiento

Señales de que a tu gato no le están gustando las cosquillas

  • Se agita o mueve la cola
  • Tiene las orejas gachas, pegadas hacia la cabeza o los ojos muy abiertos
  • Se aleja o te da manotazos (evidentemente no quiere cosquillas)
  • Piel ondulada o crispada, incluido el movimiento de las orejas
  • Pupilas dilatadas
  • Pelaje levantado
  • Gruñidos

Dado que los gatos no experimentan el tipo de cosquilleo que les hace sentirse bien (gargalesis), el tacto puede parecer una advertencia y pueden intentar quitárselo de encima como si fuera un insecto.

El lenguaje corporal del gato puede ser sutil, así que presta mucha atención cuando te haga cosquillas o te acaricie para detectar señales de que ya ha tenido suficiente. Una postura tensa, la piel crispada u ondulada o los ojos muy abiertos y las orejas gachas son señales de advertencia de que su gato no está contento con la atención y es hora de darle un respiro.

¿Debería hacerle cosquillas a mi gato?

Las cosquillas pueden considerarse una variante de las caricias, por lo que siempre es buena idea pedir consentimiento cuando se toca a un gato,  Para ello, extende la mano y deja que el gato decida si quiere participar.

La conveniencia o no de hacer cosquillas a los gatos depende de sus preferencias individuales. 

Mientras que a algunos gatos les gustan las caricias suaves, a otros no les gustan nada las cosquillas. Como dueño responsable de una mascota, es importante prestar atención al lenguaje corporal del gato y detener cualquier interacción, como las cosquillas, que le haga sentirse incómodo. 

Si tu gato se retrae cuando le haces cosquillas, respeta sus deseos. Las patas de los gatos están diseñadas para percibir pequeños cambios de calor, vibración y textura, por lo que son especialmente sensibles. 

Los gatos suelen ser muy protectores con sus patas, por lo que a muchos no les gusta que se las toquen y las esconden, a salvo de los dedos que les hacen cosquillas.

Pero ten en cuenta que puede reaccionar bruscamente si no le gusta la sensación.

¿Cómo puedo hacerle cosquillas correctamente a mi gato?

Ahora la parte que estabas esperando, porque debe haber una manera correcta, claro, respetando sus límites ¿cierto? Exploremos si la hay.

Los gatos, una vez más, pueden ser muy impredecibles. Cada gato es un individuo y no todos disfrutan con ello. Es importante leer el lenguaje corporal y el comportamiento de su gato para saber si tiene luz verde para darle unas caricias suaves. Si tu mascota lo disfruta, el afecto físico puede ayudar a mejorar su relación con él. 

Puedes aprender todo sobre el lenguaje corporal de los gatos, leyendo este artículo

Cuando aprendes a hacer cosquillas a un gato, ten en cuenta que cada gato tiene su propia tolerancia al tacto. Es muy parecido a intentar acariciar a un gato. A algunos les gustan las caricias suaves, mientras que otros pueden no reaccionar positivamente a las cosquillas. He aquí algunos consejos para una interacción segura y suave:

Empeza por zonas familiares: Empiece acariciando a su gato en zonas en las que se sienta cómodo, como la cabeza o debajo de la barbilla, antes de intentar tocar puntos que pueden ser más sensibles. 

Toca suavemente: Los toques suaves con la punta de los dedos son los mejores cuando se hacen cosquillas a un gato. Los gatos responden mejor a las caricias suaves que a las firmes. Si quieres saber cómo acariciar a tu gato de la manera correcta, podes seguir los consejos que tenemos en este artículo

Observa su lenguaje corporal: Busca señales de que tu gato está disfrutando de la interacción, como ronroneos o inclinaciones. Si sus orejas se aplanan o su cola se mueve, es hora de parar.

Cuando le acaricies lo mejor es dejar que se acerque a vos. No es aconsejable dar el primer paso, ya que el gato puede no sentirse cómodo con el contacto físico en ese momento. Deja que lo intente y, en el momento oportuno, dele unas caricias suaves.

Cada gato tiene sus preferencias. Cuando se familiarice con las zonas en las que a su gato le gustan las cosquillas, recuerde que el contacto debe ser breve (al principio) y que debe leer el lenguaje corporal de su gato. Utiliza cosquillas ligeras y suaves en lugar de movimientos rápidos y pesados.

Por último, manténgase relajado. Mantener el ambiente relajado puede ayudar a tu gato a sentirse cómodo con vos.

Cómo comprobar dos veces que su gato está de acuerdo

Cada vez que haga cosquillas o acaricie a un gato, haz una pausa para comprobar si está de acuerdo, no queremos rasguños inesperados, pero merecidos. 

Para pedir consentimiento a un gato para seguir acariciándolo o para acariciarle otra zona, ofrécele la mano o el dedo a cierta distancia. Si opta por acercarse a vos, lo más probable es que le parezca bien que le siga acariciando.

Los gatos pueden consentir que les acaricies las mejillas, pero no que les frotes el vientre. Que les parezca bien que les acaricies en un sitio no significa que les parezca bien que les acaricies en otro.

De nuevo, fíjate siempre en las señales del lenguaje corporal que indican que a tu gato no le gustan las cosquillas o las caricias. Si se aparta o muestra otros signos de incomodidad, deja de hacerlo inmediatamente.

¿Se ríen los gatos cuando les haces cosquillas?

Aunque los gatos no se ríen cuando les hacen cosquillas, reaccionan de forma diferente, dependiendo de si les gusta la sensación o no, así como de quién les haga cosquillas. 

Un síntoma de unas cosquillas disfrutadas, es la risa, claro unas cosquillas no deseadas, desencadenan una furia rara de explicar porque también contiene risas, pero tu gato no se reirá ni sonreirá cuando le hagas cosquillas, pero es muy posible que empiece a ronronear porque está disfrutando de la atención.

No se sabe muy bien por qué los humanos se ríen cuando les hacen cosquillas. Sin embargo, dado que los bebés humanos tienen una reacción de risa retardada cuando se les hace cosquillas, esto podría ocurrir como una respuesta condicionada, similar a la forma en que los gatos ronronean cuando la gente les presta atención.

La gente no enseñó a los gatos a ronronear ni les inspiró directamente este comportamiento. Aun así, es probable que los gatos hayan ampliado el uso del ronroneo en respuesta a la forma en que la gente reacciona ante este comportamiento.

Otras formas de estimulación que pueden gustarle a un gato con cosquillas

Si realmente quieres que la reacción de tu gato le haga cosquillas, podemos ofrecer actividades atractivas cuando tu gato prefiera que no lo toquen ni que le hagan cosquillas. 

Por ejemplo:

  • Utiliza comederos rompecabezas para estimular su mente y simular el comportamiento de caza.
  • Incorpora momentos de juego con juguetes que despierten los instintos cazadores de tu michi, como los juguetes varita. La varita ventana zootec, es una clásica varita que se puede adherir a una ventana, para que tu gato pueda entretenerse siempre. 
  • Coloca perchas altas y árboles para gatos que le permitan explorar el territorio vertical.
  • Enseña a tu gato a caminar con correa y arnés o proporciónale un “catio” para que explore el exterior con seguridad.
  • Cambia la ubicación de sus cuencos de comida y agua para ayudarles a sintonizar con sus instintos de búsqueda de comida.
  • Añadí olores enriquecedores, como la hierba gatera, para dar variedad a su vida. Para informarte sobre todo lo que necesitas saber acerca de la hierba gatera, podes leer este artículo

¿Cuándo es la reacción al tacto de su gato un problema de salud?

A veces, cuando tocamos a los gatos, sobre todo cerca de la base de la cola, reaccionan mordisqueando el aire o lamiéndose el antebrazo. La piel de algunos gatos se ondula, como si hicieran cosquillas . La gente me lo demuestra con frecuencia durante los exámenes anuales y les parece divertidísimo. Sin embargo, muchas veces es señal de que ocurre algo más grave.

Los felinos con pulgas o alergias suelen tener esta respuesta porque les pica. Además, los gatos con sobrepeso tienen dificultades para limpiarse y pueden reaccionar así porque les frustra que les toquemos zonas a las que no pueden llegar.

El otro problema más grave de la piel ondulada puede ser una afección llamada síndrome de hiperestesia felina; a veces la describo a los propietarios de gatos como la “enfermedad del pequeño alienígena” o la “enfermedad del fantasma.

Los gatos actúan como si creyeran que criaturas invisibles les están tocando, y puede ser bastante perturbador para ellos. Esta afección es parecida a un trastorno convulsivo y puede requerir medicación para que el gato se sienta más cómodo.

En casos graves, los gatos pueden hacerse daño a sí mismos tratando de deshacerse de la sensación, a menudo escarbando y rascándose excesivamente la piel. También pueden morderse de repente y babear u orinar mucho. Si observa este tipo de reacciones, acuda inmediatamente al veterinario.

Conclusiones

Los gatos pueden experimentar tics y pueden tener cosquillas. Tienen sus propias personalidades, por lo que es importante tratarlos como individuos descubriendo cada una de sus preferencias. 

Aunque no se ríen por las cosquillas, tienen puntos sensibles como las patas, las mejillas, la barbilla y el vientre, donde los toques suaves pueden desencadenar reacciones. A algunos gatos les gustan las caricias suaves, mientras que otros se apartan o reaccionan a la defensiva.

El cepillado, las caricias y las cosquillas son buenas formas de expresar afecto hacia su gato, pero como propietario, también es tu responsabilidad respetar sus límites personales.

Comprender las preferencias de cada gato es fundamental para establecer un vínculo afectivo y garantizar una experiencia positiva. 

Por ejemplo, a algunos les encantan las caricias en las mejillas, mientras que otros evitan las caricias en el vientre. Observar su lenguaje corporal ayuda a orientar las interacciones seguras, ya que cada gato tiene gustos y aversiones únicos cuando se trata de afecto.