- ¿Dormir con mi gato?
- ¿Cómo los gatos pueden afectar tu sueño?
- Gatos de interior y gatos de exterior
- ¿Qué tipo de enfermedades?
- Qué hay que tener en cuenta para acurrucarte con tu gato
- Lo esencial
Tabla de contenidos
La mayoría de los dueños de gatos se despiertan con la cara llena de pelo por la mañana, o con una pata de gato empujándoles la nariz, todas las mañanas.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, calcula que aproximadamente, la mitad de dueños de mascotas,- en su mayoría perros y gatos- permiten que sus animales duerman con ellos.
La pregunta de si los animales deberían dormir en la cama con sus dueños, ronda desde que los humanos empezaron a domesticarlos.
Por lo tanto, si dormir con tu gato te resulta controvertido como si no, este viejo debate plantea algunas cuestiones y preocupaciones importantes sobre la salud.
Anteriormente te explicamos si dormir con tu perro era una buena idea. En este artículo te explicamos si dormir con tu gato es conveniente o no.
¿Dormir con mi gato?
Los gatos son adorables y mimosos, pero pueden tener bacterias en los pies, procedentes de su caja de arena para gatos. Los gatos duermen alrededor de 16 horas al día, normalmente en siestas cortas y puede que no estén de humor para quedarse ocho horas quietos.
Tener un gato o dos en la cama, calentitos y ronroneando, calma y libera el estrés. Fomenta el vínculo con tu mascota y aunque no son tan eficaces como los perros para dar la alarma cuando algo va mal, se sabe que los gatos despiertan a sus dueños cuando huelen humo.
Por eso es que decidir dormir con tu gato, puede ser una elección muy controversial, pero debes poner en la balanza no solo la amenaza a un buen sueño, que quizás puedas sacrificar por dormir con tu michi, sino también a tu salud.
¿Cómo los gatos pueden afectar tu sueño?
Puede resultar agradable y hasta cómodo que tu gato duerma en la cama contigo- algunos literalmente sobre tu cabeza- lo que podría calmar la ansiedad y por qué no, los terrores nocturnos.
Pero el inconveniente radica en que los gatos son animales nocturnos. El durmiente humano puede ver interrumpido su sueño a altas horas de la noche, repetidas veces.
A muchos gatos les gusta jugar, arañan o incluso morderán las orejas o pies humanos que se mueven bajo las sábanas.
Hay otros problemas, como la alergia a la caspa de gato, o si las pulgas no están bajo control, el humano puede recibir picaduras de estos parásitos.
Los gatos también pueden querer acurrucarse junto a bebés y niños- asumiendo su papel de guardianes de la casa- pero los gatos no deberían dormir con los más pequeños.
No es seguro que los gatos duerman con un bebé, porque además de las alergias, existe el riesgo que el gato asfixie involuntariamente a un bebé si duerme sobre su pecho o cara.
Además si el gato se sobresalta o asusta, el bebé puede recibir mordiscos o ser pisoteado cuando el gato intente huir o saltar.
Gatos de interior y gatos de exterior
Mientras que algunos gatos se conforman con no salir nunca al exterior y ser los reyes de su dominio interior; otros llevan una vida en la que conviven en el interior y exterior. Esto puede suponer distintas amenazas.
Los gatos del exterior pueden estar expuestos a más portadores de enfermedades. Esto incluye a otros gatos del exterior, gatos callejeros, gusanos, pulgas, presas y otro menú de insectos.
Todos estos portadores pueden transmitir enfermedades como virus, bacterias, parásitos y otras infecciones. También es importante tener en cuenta que la caja de arena de los gatos de interior también suponen un riesgo de enfermedad para los humanos.
¿Qué tipo de enfermedades?
Las enfermedades más comunes que puedes contagiarte por compartir la cama con tu gato son:
- Gusanos gastrointestinales
- Tiña
- Giardiasis
- Toxoplasmosis
- Infección por Hantavirus
- Además de los alérgenos típicos que puede producir la caspa de las mascotas
Durante los meses de verano, cuando las pulgas y otros parásitos están más activos, los profesionales recomiendan revisar regularmente el pelo y la piel del gato en busca de portadores. Esto es importante tanto para la salud felina como para la humana.
La mejor forma de evitar que tu gato contraiga alguna de estas enfermedades, es que lo lleves regularmente al veterinario para que estén al día con sus vacunas.
Qué hay que tener en cuenta para acurrucarte con tu gato
Aunque la naturaleza independiente de un gato puede hacer pensar que hará lo que quiera, a la mayoría de nuestros peludos les gusta que les den mimos. Sin embargo hay que tener en cuenta un par de cosas antes de hacerlo.
La primera, una vez más, es el riesgo relativamente bajo de transmisión de enfermedades. Una forma de mitigarlo es hablarlo con los médicos de los humanos, incluidos los pediatras.
Pero, sea cual sea su estado de salud, hay señales inequívocas de que hay que dejar en paz al gato, porque puede estar teniendo sus propios problemas de salud.
No te acurruques junto a tu amigo peludo si muestra algún signo de enfermedad, como pérdida de pelo, erupciones cutáneas, estornudos, tos, letargo, vómitos o diarrea, por nombrar algunos.
Si decides que dormir con tu gato te trae más desventajas que beneficios, y tienes que expulsar a tu gato de tu cama, después que se haya acostumbrado a dormir ahí, intenta colocar puertas para bebés una encima de la otra en el pasillo exterior para mantenerlo alejado de la puerta, mientras se acostumbra a su nueva disposición.
Proporcionale juguetes y golosinas y una cómoda cucha nueva en otro lugar de la casa.
Lo esencial
Si estás pensando en compartir tu lecho o tu espacio para dormir con tu felino, los expertos dicen que hay beneficios y riesgos potenciales a tener en cuenta.
Dejar que tu gato se acurruque con vos a la noche puede ayudarte a reducir el estrés y la ansiedad.
Sin embargo, también puede interrumpir tu sueño a lo largo de la noche y traer consigo una serie de riesgos para tu salud.
Los adultos y niños con sistemas inmunitarios débiles deberían evitar compartir su cama con sus mascotas, ya que corren un mayor riesgo de contraer enfermedades de los animales.
No obstante, tanto si se trata de gatos del interior como del exterior, se pueden pasar muchos momentos especiales con tu gato, que no involucre que duerman con vos.
Ser consciente de los riesgos que puede entrañar compartir la cama con ellos puede ayudarte a evitar peligros de salud y asegurarte muchos momentos más dignos de ronroneo con tu felino favorito.
Sabemos que dormir con tu gato puede ser una debilidad, pero es más importante la salud de ambos y de tus seres cercanos.
Una recomendación, a modo de decisión neutra, es que enseñes a tu gato a dormir, abajo, en el borde de la cama.
De este modo, no estarán sobre tu pecho, ni justo al lado de tu cabeza, esto evitará que tengas contacto directo con tu mascota y de todas maneras disfrutarás de su compañía.